El Tribunal de Sentencia Penal de Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Sololá condenó, el jueves recién pasado, a 30 años de cárcel inconmutables a tres hombres a quienes halló culpables de la muerte de Adelaida Cruz Muy, de 20 años, quien tenía dos meses de embarazo.
Adelaida Cruz Muy fue ultimada en el cantón Xiprián, Santa Clara La Laguna.
Los condenados son Junior
Estarlin Ayala Molina, originario de Honduras, y Pedro Pop Max, quienes fueron
acusados de asesinato.
Mario Juan López López, quien
según el Ministerio Público (MP) era pareja sentimental de Cruz Muy, fue
acusado de femicidio y de ser el autor intelectual del crimen.
El Tribunal ordenó que Junior
Ayala deberá ser expulsado del país después de que cumpla su condena.
El pago de las responsabilidades
civiles y la reparación digna para la familia de la víctima será determinado el
próximo martes en ese tribunal.
Pruebas presentadas
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Junior Ayala de azul y los otros implicados escuchan la sentencia |
Otros medios de prueba que
valieron para la condena fueron dos armas de fuego, cinco cartuchos y cuatro
teléfonos celulares, además de las declaraciones de testigos presenciales del
crimen y los agentes de la Policía Nacional Civil que efectuaron la captura.
Sin embargo, a los tres acusados
se les absolvió de conspiración y asociación ilícita. Junior Ayala también fue
absuelto de tenencia ilegal de arma de fuego.
Un familiar de la víctima que no
se identificó dijo que la sentencia es justa, ya que había suficientes pruebas
que vinculaban a los sindicados.
Agradeció el apoyo que les
brindaron instituciones que velan por la mujer en ese departamento, ya que de
no ser así el proceso hubiera tardado más.
Un dato
Fuente: PrensaLibre
Por: Angel Julajuj
El Colectivo de Investigaciones
Sociales y Laborales (COISOLA)
estuvo acompañando este caso desde su inicio facilitando psicólogos abogados y
un acompañamiento ínter institucional en todo el proceso, especialmente en las últimas
dos audiencias.
Felicitamos a la policía de Sololá
por su magnífica actuación, a la familia por su gran valor, coraje y fortaleza
de dar su testimonio sin temor frente a estos asesinos en el debate, y al
tribunal por haber dejado un precedente sin igual, en un país donde las muertes
de mujeres se ha convertido en uno de los mayores males que enfrentamos en
Guatemala ya que el país es el que mantiene el número más alto de femicidios de
toda Latino américa.